
La Movida Flamenca contada con fotografías de Mario Pacheco
El festival Suma Flamenca 2022 echa a andar el 18 de octubre, pero ya calienta motores con una programación previa en el Ateneo de Madrid. Allí se ha inaugurado la exposición La Movida Flamenca, que muestra fotografías de Mario Pacheco, cofundador del mítico sello discográfico Nuevos Medios. Se trata de imágenes intimistas que retratan momentos precisos (y preciosos) de figuras como Ray Heredia, Martirio, Enrique Morente, Mayte Martín, Pata Negra, Lole y Manuel, Camarón o Ketama. Junto a ellas, portadas de algunos de los discos que revolucionaron no solo el flamenco, sino la música popular española en su conjunto, en una época irrepetible de talento y compromiso creativo, cuando Madrid era pura efervescencia cultural y todo parecía posible.
La Movida Flamenca, contada con fotos de Mario Pacheco, es más que una exposición. Es el retrato de una época, de la historia de la música popular española y de dos personas catalizadoras. Y es una fantástica antesala del festival madrileño Suma Flamenca, que este año calienta motores con una programación en el Ateneo de Madrid, antes de echar a andar ‘oficialmente’ el próximo 18 de octubre con el concierto de Tomatito en Teatros del Canal.
La Movida Flamenca se podrá visitar gratuitamente en la sala de exposiciones del Ateneo hasta el próximo sábado 29 de octubre, inclusive, y muestra fotografías en blanco y negro, de pequeño formato, tomadas por Mario Pacheco (Madrid, 1950–2010) desde finales de los 70 hasta 2009. Junto a ellas, algunas de las portadas de flamenco y alrededores emblemáticas del mítico sello discográfico Nuevos Medios, que Pacheco fundó en el año 1982 junto a su mujer, Cucha Salazar, y que actualmente continúa María, la única hija de ambos.
Precisamente, María ha ejercido de comisaria de esta exposición, junto a Juan Pacheco, hermano menor de Mario, que también trabajó en Nuevos Medios durante buena parte de los 80, empezando como chico de los recados para terminar diseñando las carátulas y controlando la fabricación de los vinilos. De hecho, firmó algunas de las portadas legendarias del sello, como las de Guitarras callejeras (1986) y Blues de la Frontera (1987), de Pata Negra, la banda de los hermanos Raimundo y Rafael Amador; Estoy mala (1986), de Martirio; y el maxi single Vente pa Madrid (1988), de Ketama y Toumani Diabate.
A través de imágenes, reforzadas por cartelas cuidadosamente elaboradas para contribuir a crear una atmósfera intimista y con un punto de nostalgia y dramatismo, se narra la historia del nuevo flamenco, que eclosionó durante la década de los 80 en Madrid, bien liberando al arte jondo de la rigidez de los palos, o bien fusionándolo sin complejos (aunque con no pocas incomprensiones) con grandes escuelas como el blues, el jazz, la música tradicional del Magreb o los ritmos afrolatinos.

“Ray flotaba en su propio mundo. Era único y un incomprendido. Su voz flamenca con acento madrileño, su impecable formación como guitarrista, su inigualable sentido del ritmo –esa marca irrefutable de los buenos músicos– y su fascinación por la cultura oriental eran algunas de sus señas de identidad. Pocas veces me he sentido más productor de discos y más fotógrafo que en su compañía. (Para esta imagen) Salimos un momento del viejo estudio Musigrama y, sobre los azulejos de la entrada y entre la sombra agitada de las acacias, disparé. A las pocas semanas, la foto aparecía en la prensa, ilustrando una noticia demoledora: Muere el músico Ray Heredia”.
Mario Pacheco, Staf Gráfico 004 (2009).
Ray Heredia falleció poco después de publicar su primer y único disco en solitario, Quien no corre, vuela (Nuevos Medios, 1993).
Juan Pacheco explica muy bien el fenómeno: “En ocasiones, las cosas pasan cuando se está en el lugar adecuado y en el momento oportuno. Y algo así ocurrió en Madrid durante los 70 y los 80, cuando coincidieron diferentes talentos que se fijaron en una música demasiado bella para ser ignorada: el flamenco. Un estilo que hasta entonces era considerado vetusto y anacrónico, cautivó a una nueva generación de músicos, interpretes, autores y productores, que aportaron una mirada fresca y revitalizadora al género. La exposición muestra cómo lo que pasó en el flamenco en aquellos años –mientras ocurrían muchas otras movidas en otros ámbitos– aún resuena en nuestros oídos y en los de las nuevas generaciones. Pocas músicas de aquella época sorprendieron y tuvieron tanto eco internacional como nuestra genuina y renovada música flamenca, que, entonces ya sí, fue ampliamente apreciada, reconocida y despojada definitivamente de cualquier complejo”.
Un homenaje con exposición, concierto y conversación
Del mismo modo que Suma Flamenca presenta una programación compuesta por espectáculos de las tres grandes vías de expresión del arte jondo, toque, cante y baile, el homenaje a Mario Pacheco y Cucha Salazar se ha organizado en torno a tres ejes: la imagen, la música y la palabra, con una exposición, un concierto y una mesa redonda.
El concierto se celebró el sábado 1 de octubre y agotó rápidamente las entradas. No era para menos, ya que el plantel fue irrepetible. Bajo el nombre Superbanda de Mario, el insigne auditorio del Ateneo reunió a un grupo de artistas representativos del catálogo de Nuevos Medios, seleccionados por Suma Flamenca: Carles Benavent, Javier Colina, Jorge Pardo, Josemi Carmona, Tino di Geraldo y Bandolero, con la colaboración especial de Pepe Habichuela, el primer artista que produjo, y Silvia Pérez Cruz, que formaba parte de Las Migas cuando se grabó Reinas del Matute (2010), el que sería el último disco supervisado personalmente por el propio Mario Pacheco, aunque la producción corriese a cargo de Raúl Refree.
El día anterior, 30 de septiembre, se había inaugurado La Movida Flamenca y había tenido lugar la mesa redonda La obra de Mario Pacheco y Cucha Salazar con Nuevos Medios, en la que participaron María y Juan Pacheco, Teo Cardalda, Juan Carmona, Gerardo Núñez y Pablo Sanz, acompañados por el periodista y escritor Pedro Calvo, que hizo las veces de moderador.
“Sin Mario Pacheco y Cucha Salazar no se entiende el flamenco, ya no solo en Madrid, sino en toda España. Era obligado hacerles este homenaje”, afirma Rafael Benamargo, de Suma Flamenca
Durante la conversación fue posible vislumbrar con mayor profundidad lo que realmente supuso la trayectoria no solo del sello discográfico, sino de sus fundadores. Retomando su faceta como fotógrafo, de la que vivió durante los años previos a Nuevos Medios y que nunca abandonó, las personas que asistieron pudieron saber (o recordar) que Mario Pacheco inmortalizó a Paco de Lucía en la época en la que se convirtió en el primer músico que llevó el flamenco al Teatro Real de Madrid (1975), a Camarón de la Isla durante la grabación del ‘disco de discos’, La leyenda del tiempo, o la concentración casi espiritual de Lole y Manuel, ensayando en el interior monacal de su casa de Umbrete (Sevilla) ante la atenta mirada de Antonia La Negra, madre de la artista, mientras un caballo trotaba a sus anchas por la finca.
Palabras de nostalgia por un momento que no volverá
Pedro Calvo, que vivió muy de cerca el devenir de Nuevos Medios, tanto desde el punto de vista profesional como a través de su amistad personal con Mario Pacheco, explicó el compromiso con la música y la libertad creativa del proyecto, sirviéndose de distintos ejemplos, como por ejemplo este: “La sede de Salustiano Olozaga, una calle tranquila que desemboca en la madrileña Puerta de Alcalá, estaba dominada por el buen gusto, en claro contraste con las oficinas prepotentes de las grandes discográficas. Parafraseando a Shakespeare en Julio César, nunca tendremos otro como él”, relató.
Teo Cardalda, músico, productor y uno de los componentes de Golpes Bajos, que coprodujo junto a Mario el mítico primer y único disco de Ray Heredia pese a no tener formación en flamenco, o precisamente por eso, contó el comienzo de su relación profesional: “Habíamos ganado un premio a la mejor maqueta que convocaba Bimbo y Pacheco se presentó en Vigo con un contrato para que grabásemos con él nuestro primer disco. Nos reunimos en una cafetería y acabamos firmando”, explicó. Esta afortunada anécdota es una de las tantas que retratan la vocación descubridora del combo Nuevos Medios, tanto en el flamenco, que venía ‘de parte’ de Cucha Salazar, como en el amplio territorio del rock, del que provenía Mario Pacheco tras sus años en el epicentro de la escena musical británica de finales de los 60 y principios de los 70. “Mario y Cucha representan todo lo que hemos perdido, esa época tan pura. Para mí son inolvidables”, subrayó Cardalda.
Juan Carmona, que se había emocionado al visitar previamente la exposición, señaló que Ketama se lo debía todo a Nuevos Medios, mientras que Pablo Sanz recordó otra importante faceta del sello: su vertiente catalizadora del jazz ‘de aquí’: “Dejamos de ser imagen para ser espejo. El jazz flamenco nos despertó, nos abrió los ojos, nos demostró que podíamos hacer nuestra propia música, con nuestras propias emociones”.
Por su parte, Gerardo Núñez reconoció que no había vivido el mundo Nuevos Medios desde dentro, ya que trabajaba con la competencia, pero agradeció la generosidad de Pacheco cuando le presentó dos proyectos personales que no había logrado sacar adelante. “Llegué a su sede, se los conté y me contestó: Empieza cuando quieras”. Finalmente, María Pacheco, tras contar que no recuerda los años en los que tanto Cucha como Mario trabajaron juntos en el sello, ya que su madre se alejó de la oficina por motivos de salud cuando ella era todavía muy pequeña, explicó que “ella se ocupaba de la visión empresarial, aunque también opinaba mucho en el aspecto creativo. Además, por lo que me han contado, fue ella la que tuvo la idea de montar el sello y la que consiguió de amigos y conocidos las aportaciones económicas necesarias para ponerlo en marcha, sin olvidar el logotipo original de Joan Miró, que fue posible gracias a su sobrino Toni”.
Como bien dice Rafael Benamargo, director del festival Suma Flamenca, “sin Mario Pacheco y Cucha Salazar no se entiende el flamenco, ya no solo en Madrid, sino en toda España. Además, está el empuje que lograron desde un sello discográfico independiente. Era obligado dedicarles este homenaje”.
* La imagen que ilustra esta noticia es un autorretrato de Mario Pacheco y forma parte de la exposición La Movida Flamenca.
El festival Suma Flamenca 2022 echa a andar el 18 de octubre, pero ya calienta motores con una programación previa en el Ateneo de Madrid. Allí se ha inaugurado la exposición La Movida Flamenca, que muestra fotografías de Mario Pacheco, cofundador del mítico sello discográfico Nuevos Medios. Se trata de imágenes intimistas que retratan momentos precisos (y preciosos) de figuras como Ray Heredia, Martirio, Enrique Morente, Mayte Martín, Pata Negra, Lole y Manuel, Camarón o Ketama. Junto a ellas, portadas de algunos de los discos que revolucionaron no solo el flamenco, sino la música popular española en su conjunto, en una época irrepetible de talento y compromiso creativo, cuando Madrid era pura efervescencia cultural y todo parecía posible.
La Movida Flamenca, contada con fotos de Mario Pacheco, es más que una exposición. Es el retrato de una época, de la historia de la música popular española y de dos personas catalizadoras. Y es una fantástica antesala del festival madrileño Suma Flamenca, que este año calienta motores con una programación en el Ateneo de Madrid, antes de echar a andar ‘oficialmente’ el próximo 18 de octubre con el concierto de Tomatito en Teatros del Canal.
La Movida Flamenca se podrá visitar gratuitamente en la sala de exposiciones del Ateneo hasta el próximo sábado 29 de octubre, inclusive, y muestra fotografías en blanco y negro, de pequeño formato, tomadas por Mario Pacheco (Madrid, 1950–2010) desde finales de los 70 hasta 2009. Junto a ellas, algunas de las portadas de flamenco y alrededores emblemáticas del mítico sello discográfico Nuevos Medios, que Pacheco fundó en el año 1982 junto a su mujer, Cucha Salazar, y que actualmente continúa María, la única hija de ambos.
Precisamente, María ha ejercido de comisaria de esta exposición, junto a Juan Pacheco, hermano menor de Mario, que también trabajó en Nuevos Medios durante buena parte de los 80, empezando como chico de los recados para terminar diseñando las carátulas y controlando la fabricación de los vinilos. De hecho, firmó algunas de las portadas legendarias del sello, como las de Guitarras callejeras (1986) y Blues de la Frontera (1987), de Pata Negra, la banda de los hermanos Raimundo y Rafael Amador; Estoy mala (1986), de Martirio; y el maxi single Vente pa Madrid (1988), de Ketama y Toumani Diabate.
A través de imágenes, reforzadas por cartelas cuidadosamente elaboradas para contribuir a crear una atmósfera intimista y con un punto de nostalgia y dramatismo, se narra la historia del nuevo flamenco, que eclosionó durante la década de los 80 en Madrid, bien liberando al arte jondo de la rigidez de los palos, o bien fusionándolo sin complejos (aunque con no pocas incomprensiones) con grandes escuelas como el blues, el jazz, la música tradicional del Magreb o los ritmos afrolatinos.

Juan Pacheco explica muy bien el fenómeno: “En ocasiones, las cosas pasan cuando se está en el lugar adecuado y en el momento oportuno. Y algo así ocurrió en Madrid durante los 70 y los 80, cuando coincidieron diferentes talentos que se fijaron en una música demasiado bella para ser ignorada: el flamenco. Un estilo que hasta entonces era considerado vetusto y anacrónico, cautivó a una nueva generación de músicos, interpretes, autores y productores, que aportaron una mirada fresca y revitalizadora al género. La exposición muestra cómo lo que pasó en el flamenco en aquellos años –mientras ocurrían muchas otras movidas en otros ámbitos– aún resuena en nuestros oídos y en los de las nuevas generaciones. Pocas músicas de aquella época sorprendieron y tuvieron tanto eco internacional como nuestra genuina y renovada música flamenca, que, entonces ya sí, fue ampliamente apreciada, reconocida y despojada definitivamente de cualquier complejo”.
Un homenaje con exposición, concierto y conversación
Del mismo modo que Suma Flamenca presenta una programación compuesta por espectáculos de las tres grandes vías de expresión del arte jondo, toque, cante y baile, el homenaje a Mario Pacheco y Cucha Salazar se ha organizado en torno a tres ejes: la imagen, la música y la palabra, con una exposición, un concierto y una mesa redonda.
El concierto se celebró el sábado 1 de octubre y agotó rápidamente las entradas. No era para menos, ya que el plantel fue irrepetible. Bajo el nombre Superbanda de Mario, el insigne auditorio del Ateneo reunió a un grupo de artistas representativos del catálogo de Nuevos Medios, seleccionados por Suma Flamenca: Carles Benavent, Javier Colina, Jorge Pardo, Josemi Carmona, Tino di Geraldo y Bandolero, con la colaboración especial de Pepe Habichuela, el primer artista que produjo, y Silvia Pérez Cruz, que formaba parte de Las Migas cuando se grabó Reinas del Matute (2010), el que sería el último disco supervisado personalmente por el propio Mario Pacheco, aunque la producción corriese a cargo de Raúl Refree.
El día anterior, 30 de septiembre, se había inaugurado La Movida Flamenca y había tenido lugar la mesa redonda La obra de Mario Pacheco y Cucha Salazar con Nuevos Medios, en la que participaron María y Juan Pacheco, Teo Cardalda, Juan Carmona, Gerardo Núñez y Pablo Sanz, acompañados por el periodista y escritor Pedro Calvo, que hizo las veces de moderador.
“Sin Mario Pacheco y Cucha Salazar no se entiende el flamenco, ya no solo en Madrid, sino en toda España. Era obligado hacerles este homenaje”, afirma Rafael Benamargo, de Suma Flamenca
Durante la conversación fue posible vislumbrar con mayor profundidad lo que realmente supuso la trayectoria no solo del sello discográfico, sino de sus fundadores. Retomando su faceta como fotógrafo, de la que vivió durante los años previos a Nuevos Medios y que nunca abandonó, las personas que asistieron pudieron saber (o recordar) que Mario Pacheco inmortalizó a Paco de Lucía en la época en la que se convirtió en el primer músico que llevó el flamenco al Teatro Real de Madrid (1975), a Camarón de la Isla durante la grabación del ‘disco de discos’, La leyenda del tiempo, o la concentración casi espiritual de Lole y Manuel, ensayando en el interior monacal de su casa de Umbrete (Sevilla) ante la atenta mirada de Antonia La Negra, madre de la artista, mientras un caballo trotaba a sus anchas por la finca.
Palabras de nostalgia por un momento que no volverá
Pedro Calvo, que vivió muy de cerca el devenir de Nuevos Medios, tanto desde el punto de vista profesional como a través de su amistad personal con Mario Pacheco, explicó el compromiso con la música y la libertad creativa del proyecto, sirviéndose de distintos ejemplos, como por ejemplo este: “La sede de Salustiano Olozaga, una calle tranquila que desemboca en la madrileña Puerta de Alcalá, estaba dominada por el buen gusto, en claro contraste con las oficinas prepotentes de las grandes discográficas. Parafraseando a Shakespeare en Julio César, nunca tendremos otro como él”, relató.
Teo Cardalda, músico, productor y uno de los componentes de Golpes Bajos, que coprodujo junto a Mario el mítico primer y único disco de Ray Heredia pese a no tener formación en flamenco, o precisamente por eso, contó el comienzo de su relación profesional: “Habíamos ganado un premio a la mejor maqueta que convocaba Bimbo y Pacheco se presentó en Vigo con un contrato para que grabásemos con él nuestro primer disco. Nos reunimos en una cafetería y acabamos firmando”, explicó. Esta afortunada anécdota es una de las tantas que retratan la vocación descubridora del combo Nuevos Medios, tanto en el flamenco, que venía ‘de parte’ de Cucha Salazar, como en el amplio territorio del rock, del que provenía Mario Pacheco tras sus años en el epicentro de la escena musical británica de finales de los 60 y principios de los 70. “Mario y Cucha representan todo lo que hemos perdido, esa época tan pura. Para mí son inolvidables”, subrayó Cardalda.
Juan Carmona, que se había emocionado al visitar previamente la exposición, señaló que Ketama se lo debía todo a Nuevos Medios, mientras que Pablo Sanz recordó otra importante faceta del sello: su vertiente catalizadora del jazz ‘de aquí’: “Dejamos de ser imagen para ser espejo. El jazz flamenco nos despertó, nos abrió los ojos, nos demostró que podíamos hacer nuestra propia música, con nuestras propias emociones”.
Por su parte, Gerardo Núñez reconoció que no había vivido el mundo Nuevos Medios desde dentro, ya que trabajaba con la competencia, pero agradeció la generosidad de Pacheco cuando le presentó dos proyectos personales que no había logrado sacar adelante. “Llegué a su sede, se los conté y me contestó: Empieza cuando quieras”. Finalmente, María Pacheco, tras contar que no recuerda los años en los que tanto Cucha como Mario trabajaron juntos en el sello, ya que su madre se alejó de la oficina por motivos de salud cuando ella era todavía muy pequeña, explicó que “ella se ocupaba de la visión empresarial, aunque también opinaba mucho en el aspecto creativo. Además, por lo que me han contado, fue ella la que tuvo la idea de montar el sello y la que consiguió de amigos y conocidos las aportaciones económicas necesarias para ponerlo en marcha, sin olvidar el logotipo original de Joan Miró, que fue posible gracias a su sobrino Toni”.
Como bien dice Rafael Benamargo, director del festival Suma Flamenca, “sin Mario Pacheco y Cucha Salazar no se entiende el flamenco, ya no solo en Madrid, sino en toda España. Además, está el empuje que lograron desde un sello discográfico independiente. Era obligado dedicarles este homenaje”.
* La imagen que ilustra esta noticia es un autorretrato de Mario Pacheco y forma parte de la exposición La Movida Flamenca.
El festival Suma Flamenca 2022 echa a andar el 18 de octubre, pero ya calienta motores con una programación previa en el Ateneo de Madrid. Allí se ha inaugurado la exposición La Movida Flamenca, que muestra fotografías de Mario Pacheco, cofundador del mítico sello discográfico Nuevos Medios. Se trata de imágenes intimistas que retratan momentos precisos (y preciosos) de figuras como Ray Heredia, Martirio, Enrique Morente, Mayte Martín, Pata Negra, Lole y Manuel, Camarón o Ketama. Junto a ellas, portadas de algunos de los discos que revolucionaron no solo el flamenco, sino la música popular española en su conjunto, en una época irrepetible de talento y compromiso creativo, cuando Madrid era pura efervescencia cultural y todo parecía posible.
La Movida Flamenca, contada con fotos de Mario Pacheco, es más que una exposición. Es el retrato de una época, de la historia de la música popular española y de dos personas catalizadoras. Y es una fantástica antesala del festival madrileño Suma Flamenca, que este año calienta motores con una programación en el Ateneo de Madrid, antes de echar a andar ‘oficialmente’ el próximo 18 de octubre con el concierto de Tomatito en Teatros del Canal.
La Movida Flamenca se podrá visitar gratuitamente en la sala de exposiciones del Ateneo hasta el próximo sábado 29 de octubre, inclusive, y muestra fotografías en blanco y negro, de pequeño formato, tomadas por Mario Pacheco (Madrid, 1950–2010) desde finales de los 70 hasta 2009. Junto a ellas, algunas de las portadas de flamenco y alrededores emblemáticas del mítico sello discográfico Nuevos Medios, que Pacheco fundó en el año 1982 junto a su mujer, Cucha Salazar, y que actualmente continúa María, la única hija de ambos.
Precisamente, María ha ejercido de comisaria de esta exposición, junto a Juan Pacheco, hermano menor de Mario, que también trabajó en Nuevos Medios durante buena parte de los 80, empezando como chico de los recados para terminar diseñando las carátulas y controlando la fabricación de los vinilos. De hecho, firmó algunas de las portadas legendarias del sello, como las de Guitarras callejeras (1986) y Blues de la Frontera (1987), de Pata Negra, la banda de los hermanos Raimundo y Rafael Amador; Estoy mala (1986), de Martirio; y el maxi single Vente pa Madrid (1988), de Ketama y Toumani Diabate.
A través de imágenes, reforzadas por cartelas cuidadosamente elaboradas para contribuir a crear una atmósfera intimista y con un punto de nostalgia y dramatismo, se narra la historia del nuevo flamenco, que eclosionó durante la década de los 80 en Madrid, bien liberando al arte jondo de la rigidez de los palos, o bien fusionándolo sin complejos (aunque con no pocas incomprensiones) con grandes escuelas como el blues, el jazz, la música tradicional del Magreb o los ritmos afrolatinos.

Juan Pacheco explica muy bien el fenómeno: “En ocasiones, las cosas pasan cuando se está en el lugar adecuado y en el momento oportuno. Y algo así ocurrió en Madrid durante los 70 y los 80, cuando coincidieron diferentes talentos que se fijaron en una música demasiado bella para ser ignorada: el flamenco. Un estilo que hasta entonces era considerado vetusto y anacrónico, cautivó a una nueva generación de músicos, interpretes, autores y productores, que aportaron una mirada fresca y revitalizadora al género. La exposición muestra cómo lo que pasó en el flamenco en aquellos años –mientras ocurrían muchas otras movidas en otros ámbitos– aún resuena en nuestros oídos y en los de las nuevas generaciones. Pocas músicas de aquella época sorprendieron y tuvieron tanto eco internacional como nuestra genuina y renovada música flamenca, que, entonces ya sí, fue ampliamente apreciada, reconocida y despojada definitivamente de cualquier complejo”.
Un homenaje con exposición, concierto y conversación
Del mismo modo que Suma Flamenca presenta una programación compuesta por espectáculos de las tres grandes vías de expresión del arte jondo, toque, cante y baile, el homenaje a Mario Pacheco y Cucha Salazar se ha organizado en torno a tres ejes: la imagen, la música y la palabra, con una exposición, un concierto y una mesa redonda.
El concierto se celebró el sábado 1 de octubre y agotó rápidamente las entradas. No era para menos, ya que el plantel fue irrepetible. Bajo el nombre Superbanda de Mario, el insigne auditorio del Ateneo reunió a un grupo de artistas representativos del catálogo de Nuevos Medios, seleccionados por Suma Flamenca: Carles Benavent, Javier Colina, Jorge Pardo, Josemi Carmona, Tino di Geraldo y Bandolero, con la colaboración especial de Pepe Habichuela, el primer artista que produjo, y Silvia Pérez Cruz, que formaba parte de Las Migas cuando se grabó Reinas del Matute (2010), el que sería el último disco supervisado personalmente por el propio Mario Pacheco, aunque la producción corriese a cargo de Raúl Refree.
El día anterior, 30 de septiembre, se había inaugurado La Movida Flamenca y había tenido lugar la mesa redonda La obra de Mario Pacheco y Cucha Salazar con Nuevos Medios, en la que participaron María y Juan Pacheco, Teo Cardalda, Juan Carmona, Gerardo Núñez y Pablo Sanz, acompañados por el periodista y escritor Pedro Calvo, que hizo las veces de moderador.
“Sin Mario Pacheco y Cucha Salazar no se entiende el flamenco, ya no solo en Madrid, sino en toda España. Era obligado hacerles este homenaje”, afirma Rafael Benamargo, de Suma Flamenca
Durante la conversación fue posible vislumbrar con mayor profundidad lo que realmente supuso la trayectoria no solo del sello discográfico, sino de sus fundadores. Retomando su faceta como fotógrafo, de la que vivió durante los años previos a Nuevos Medios y que nunca abandonó, las personas que asistieron pudieron saber (o recordar) que Mario Pacheco inmortalizó a Paco de Lucía en la época en la que se convirtió en el primer músico que llevó el flamenco al Teatro Real de Madrid (1975), a Camarón de la Isla durante la grabación del ‘disco de discos’, La leyenda del tiempo, o la concentración casi espiritual de Lole y Manuel, ensayando en el interior monacal de su casa de Umbrete (Sevilla) ante la atenta mirada de Antonia La Negra, madre de la artista, mientras un caballo trotaba a sus anchas por la finca.
Palabras de nostalgia por un momento que no volverá
Pedro Calvo, que vivió muy de cerca el devenir de Nuevos Medios, tanto desde el punto de vista profesional como a través de su amistad personal con Mario Pacheco, explicó el compromiso con la música y la libertad creativa del proyecto, sirviéndose de distintos ejemplos, como por ejemplo este: “La sede de Salustiano Olozaga, una calle tranquila que desemboca en la madrileña Puerta de Alcalá, estaba dominada por el buen gusto, en claro contraste con las oficinas prepotentes de las grandes discográficas. Parafraseando a Shakespeare en Julio César, nunca tendremos otro como él”, relató.
Teo Cardalda, músico, productor y uno de los componentes de Golpes Bajos, que coprodujo junto a Mario el mítico primer y único disco de Ray Heredia pese a no tener formación en flamenco, o precisamente por eso, contó el comienzo de su relación profesional: “Habíamos ganado un premio a la mejor maqueta que convocaba Bimbo y Pacheco se presentó en Vigo con un contrato para que grabásemos con él nuestro primer disco. Nos reunimos en una cafetería y acabamos firmando”, explicó. Esta afortunada anécdota es una de las tantas que retratan la vocación descubridora del combo Nuevos Medios, tanto en el flamenco, que venía ‘de parte’ de Cucha Salazar, como en el amplio territorio del rock, del que provenía Mario Pacheco tras sus años en el epicentro de la escena musical británica de finales de los 60 y principios de los 70. “Mario y Cucha representan todo lo que hemos perdido, esa época tan pura. Para mí son inolvidables”, subrayó Cardalda.
Juan Carmona, que se había emocionado al visitar previamente la exposición, señaló que Ketama se lo debía todo a Nuevos Medios, mientras que Pablo Sanz recordó otra importante faceta del sello: su vertiente catalizadora del jazz ‘de aquí’: “Dejamos de ser imagen para ser espejo. El jazz flamenco nos despertó, nos abrió los ojos, nos demostró que podíamos hacer nuestra propia música, con nuestras propias emociones”.
Por su parte, Gerardo Núñez reconoció que no había vivido el mundo Nuevos Medios desde dentro, ya que trabajaba con la competencia, pero agradeció la generosidad de Pacheco cuando le presentó dos proyectos personales que no había logrado sacar adelante. “Llegué a su sede, se los conté y me contestó: Empieza cuando quieras”. Finalmente, María Pacheco, tras contar que no recuerda los años en los que tanto Cucha como Mario trabajaron juntos en el sello, ya que su madre se alejó de la oficina por motivos de salud cuando ella era todavía muy pequeña, explicó que “ella se ocupaba de la visión empresarial, aunque también opinaba mucho en el aspecto creativo. Además, por lo que me han contado, fue ella la que tuvo la idea de montar el sello y la que consiguió de amigos y conocidos las aportaciones económicas necesarias para ponerlo en marcha, sin olvidar el logotipo original de Joan Miró, que fue posible gracias a su sobrino Toni”.
Como bien dice Rafael Benamargo, director del festival Suma Flamenca, “sin Mario Pacheco y Cucha Salazar no se entiende el flamenco, ya no solo en Madrid, sino en toda España. Además, está el empuje que lograron desde un sello discográfico independiente. Era obligado dedicarles este homenaje”.
* La imagen que ilustra esta noticia es un autorretrato de Mario Pacheco y forma parte de la exposición La Movida Flamenca.